lunes, 16 de abril de 2012

Llanto

El llanto es milagroso
es reparador
un desborde necesario
innecesario
accidente y provocación
de un mundo diminuto
la explosión.
Lloré no ante tus ojos,
tantas y tantas veces.
Me vieron mis propios párpados ahogar
borrosos momentos.
Lloré sin que lo sepas.
Lloré frente a tu puerta.
Lloro cuando recuerdo ciertas cosas,
con el abrazo del amigo,
con la esena desbastadora,
en el poema,
en el sueño,
entre la arena salada y profunda
de la playa en mis días.
Llanto que hoy me eleva a un misterioso estado,
¿será la felicidad?
Agradezco con mi agua estos remansos.
No es a uno solo al que le estoy hablando.
Llorando.

Homenaje